
La vitrocerámica a gas está equipada con quemadores cerámicos que generan una combustión limpia. El calor generado por los mismos incide sobre un vidrio vitrocerámico de alta calidad SCHOTT, que permite cocinar sobre una superficie lisa.
Su alimentación eléctrica, para la gestión del encendido y manejo de los sensores es de 6 voltios. Siendo su consumo máximo de 5 watios/hora, menos que una bombilla de led.
Su consumo de gas es incluso inferior al de una placa de gas de quemadores tradicionales. En un quemador de gas de llama abierta desaparece la fuente de calor cuando apagamos. En el caso de la vitrocerámica de gas, al apagar el fuego, se mantiene el calor que conserva el vidrio, prolongando la cocción sin consumo alguno.
Dispone de 3 zonas de calor directo (sobre los quemadores) y 2 zonas de calor indirecto o residual.

Las zonas de calor residual nos permiten calentar y cocinar reaprovechando el calor de los quemadores principales antes de su evacuación.
Su manejo y control se realiza mediante sensores sobre el vidrio.